jueves, 3 de agosto de 2017

Fragmento de "Café de Poe"

Una mañana cogí mi coche, con una L en el cristal trasero y otra en mi corazón de leche. Recorrí los 74 kilómetros que separan Huesca de Zaragoza y me presenté como si nada, como si no supiera que estaba a punto de abrir la cicatriz en la que ahora reside mi biografía. Aparqué en el Palacio de Congresos y esperé en el coche porque quería verla llegar antes de que mis nervios saliesen a saludarla.